Un par de tres

Y allí estábamos las tres. Hablando de tonterías, contándonos lo que habíamos hecho en los últimos días, recordándonos lo maravillosas y estupendas que somos, porque sí, lo somos y tenemos que recordárnoslo un poquito a menudo, porque vaya tres que somos...
Despistadas, olvidadizas, risueñas y capaces de cambiar de tema en un cero coma...y las tres intentamos complementarnos: "C, recuérdame que haga esto" "R, llámame para que te traiga el bolso"...¿Para qué sirven las agendas si las tengo a ellas? Aunque, la verdad sea dicha: a ellas también les haría falta una, porque ni así lo conseguimos...

Y tenemos un algo en común: nos dan por todos lados, en tema de hombres se refiere... Y lo que yo digo: guapetonas, trabajadoras, resultonas ( porque no todo va a ser físico no?? ) y un largo etc, seguimos sufriendo por ellos, porque siempre nos dan dónde más duele: en el corazoncito y por mucho de "no volveré a caer, no volveré a caer", ellas están ahí para arreglarlo con un "¿de qué me sirve enfadarme contigo, si vas a hacer lo que tu quieras? Mientras tú estés bien, nosotras lo estaremos".
El problema es que caigo, y recaigo y vuelvo a caer... pero las tengo. Aunque no las vea todo lo que yo quisiera. Y lo dicho: si nos juntamos las tres, ni una buena sale.